La primera vez que fui a natación
tenía una edad, un metro y unos centímetros
que casi ni rozaban los dos dígitos.
Había visto a médicos que decían
que mi espalda hacía eses,
que tenía que nadar, como los peces.
Había visto Tiburón y mi madre me dijo
que en la piscina no había ninguno de esos,
y yo me lo creí.
viernes, 26 de septiembre de 2014
lunes, 1 de septiembre de 2014
Nosotros igual
Tres tristes tigres no comen trigo de un trigal
privatizado y cercado a los viandantes.
Ellos no entienden mucho de leyes
y mucho menos de robos y propiedades,
ellos solo entienden que tienen hambre
y un inmenso trigal delante
como si del Tártaro se tratase.
privatizado y cercado a los viandantes.
Ellos no entienden mucho de leyes
y mucho menos de robos y propiedades,
ellos solo entienden que tienen hambre
y un inmenso trigal delante
como si del Tártaro se tratase.
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